Por Nora Perusin*

“No son los libros lo que usted necesita, sino algunas de las cosas que hubo en los libros. Lo mismo podría verse hoy en las salas… puede encontrarlo en muchas otras cosas: viejos discos de fonógrafo, viejas películas, y viejos amigos; búsquelo en la naturaleza, en su propio interior. Los libros eran sólo un receptáculo donde guardábamos algo que temíamos olvidar… la magia reside solamente en aquello que los libros dicen, en cómo cosen los harapos del universo para darnos una nueva vestidura” Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

No pude dejar de asociar el mega decreto y la ley ómnibus con esta novela de Bradbury, la leí allá por los 80, era socia de una biblioteca barrial “El resplandor”, más conocida como Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca el Resplandor (SABER). ubicada en el barrio de Parque Chas, en la calle Llerena entre Bauness y Avalos, y que fue fundada en 1929. Cada quince días me llevaba un libro distinto, poesía, narrativa. Leía compulsivamente. Me gustaba entrar en ese mundo, donde los libros nos hablan desde la estantería, como pidiendo pista. 

En el barrio de Parque Chas viví hasta 1982, ubicado entre Agronomía, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón, tiene una impronta particular, tiene dos instituciones que tienen un profundo arraigo en el barrio y cuyas actividades se expanden más allá del propio territorio barrial, tienen una raíz común, son sociedades de fomento fundadas sin fines de lucro, para difundir cultura y deporte en el caso del club El Trébol, fundado en 1943, que son sostenidas por las agrupaciones vecinales.

Había políticas públicas de apoyo a estas instituciones, que generaron un patrimonio deportivo y cultural muy importante al servicio de vecines y asociades.

Si hacemos un poquito de historia, la creación de la CONABIP fue impulsada por Sarmiento, lo que permitió la creación y el sostenimiento de las bibliotecas populares en todo el país; las distintas corrientes migratorias, fundaron sus propias bibliotecas por medio de asociaciones civiles sin fines de lucro. Las bibliotecas no sólo eran un espacio de lectura, sino de socialización a través de diversas actividades vinculadas el libro. La biblioteca se organiza en base a tres ejes: la disposición del lugar y su mantenimiento, la selección de las obras y la circulación social de la lectura.

En la política de acompañamiento por parte del estado a las bibliotecas populares siempre, y en mayor o menor medida hubo políticas de apoyo, lo que es inédito que un gobierno considere de necesidad y urgencia terminar con las distintas manifestaciones de la cultura de un plumazo.

Las bibliotecas están en todas partes, en las localidades rurales, en el medio del delta, en las ciudades, en los barrios, se calcula que existen unas 1500 bibliotecas populares en todo el país que no podrán afrontar, alquileres y servicios y el salario de los bibliotecarios. Es un ataque a la cultura que a través de todos estos años fue generando espacios de debate y de creación, con una profunda inserción en sus comunidades.

De modificarse el Fondo Especial de la ley 23351(que está compuesto por 5% de la recaudación del gravamen del impuesto de emergencia a los premios pagados en juegos de azar y que representa más del 50% del presupuesto de la Conabip) se desfinancian a las bibliotecas populares.

En el mismo sentido van las propuestas que solo benefician a las grandes multinacionales del libro, con una derogación de la ley 25.542 de defensa de la actividad librera,

La sociedad argentina está movilizándose para enfrentar este atropello mayúsculo, no falta nadie que no se haya autoconvocado para enfrentar lo que promete ser el periodo más trágico que tengamos que afrontar los argentinos si se le confieren las facultades extraordinarias.

A veces la literatura nos brinda una visión apocalíptica sobre el futuro, pero en el caso de la novela de Bradbury, nos enseña sobre que la necesidad es algo inseparable del pensamiento crítico, pues es la única manera de enfrentar al sistema.

La cultura no es un lujo sino una necesidad imperiosa que nos hace humanos.

*Nora Alicia Perusin. En 1980, bajo el seudónimo Nora Prece, publica su primer libro de poemas Acerca de Nosotros. Fue colaboradora permanente de la Revista Mascaró desde fines de 1984 hasta 1988. En 1999 publica Los Soles Oblicuos (Colección Mascaró). En 2007 edita La distancia es una frontera que se mueve en Ediciones del Dock. En el 2011, se estrena en el Centro Cultural de la Cooperación la obra Los Poetas de Mascaró, bajo la dirección de Leonor Manso, y con la participación de Elena Tasisto, Ingrid Pelicori, Alejandro Awada, Walter Quiroz, Patricio Contreras y la voz de Claudia Tomas y musicalización de Benito Grande. Obra  en la se recrean textos de diferentes autores, integrantes del grupo editor de la revista literaria Mascaró.   En el 2012 se publica la antología Los Poetas de Mascaró por Ediciones desde la Gente. En el  2014 edita Donde la luz detiene su sombra. Ed. El suri porfiado. Parte de su obra figura en antologías nacionales y extranjeras.  Incursiona también en las artes plásticas y realizó estudios con Basia Kuperman, Juan Lopez Tzeatzel, realizando varias muestras colectivas. Es abogada de causas improbables pero no perdidas.