
Por Bernardo Fischberg*
Alguna vez les pasó que mientras leían un libro, la historia que estaba relatando el autor se estuviera desarrollando en el mismo y preciso lugar físico donde Uds. se encontraban en ese instante? Bueno a mí me pasó. Había empezado a leer un excelente libro “MALENA Una tragedia Argentina” de Edgardo D. Holzman que es un thriller basado en la visita que hizo la Comisión de Derechos Humanos de la OEA a nuestro país, durante la dictadura cívico militar en 1979. Relata la historia de Inés quien había sido novia de un argentino que se había radicado en EEUU, que justamente integraba esa delegación que nos visitaba y su actual novio, un capitán del Ejército Argentino –Diego- que lo tenían como chofer para los “traslados” de prisioneros desde Campo de Mayo.
La cuestión es que un domingo soleado y ahora lejano del año 2019, me voy de paseo a la zona de Plaza Francia de Recoleta, con Sandra, mi esposa. Estacionamos el auto en el bar restaurant Novecento hoy ya cerrado, lo que era antes Café de las Artes en la Av. Figueroa Alcorta y Pueyrredón, en la Ciudad de Buenos Aires, frente a la Facultad de Derecho, donde justamente estudié abogacía y pasé gran parte de mis años de estudiante. Habíamos quedado con Sandra de llevar cada uno un libro así después del paseo por Plaza Francia, iríamos a la confitería a tomar un café y a leer.- Al llegar para la merienda elijo sentarnos en una mesa al ventanal desde donde se ve la facultad con su fenomenal fachada de columnas y su enorme escalinata. Le cuento a Sandra que en 1974 cuando durante el Gobierno de Isabel Perón, el día que intervienen la facultad y la cierran, nos trasladamos un grupo grande de estudiantes a las Bellas Artes, donde de repente irrumpe un grupo “parapolicial” a los tiros al aire, por muchos años quedaron los boquetes de las balas en el techo. Nos ponen a todos contra el frente de la confitería y en una especie de simulacro de fusilamiento nos apuntaban con las 11,25 -uno de ellos le rogaba a quien sería el jefe del operativo que lo deje disparar- y luego se retiran, subiéndose a los autos particulares que pasaban por la avenida despojándolos de sus vehículos a punta de pistola a sus conductores.- Contado esto me puse a leer Malena. En la página 90 del libro la protagonista se encontraba con un grupo de compañeros volanteando panfletos en las escalinatas de la Facultad de Derecho y leo: ¡Inés! Se dio vuelta. Diego subía las escaleras a zancadas, con los labios apretados en una mueca y el ceño fruncido. –¿ Que pasa? – preguntó ella cuando lo tuvo cerca. –Vení conmigo –le dijo él, agarrándola del brazo. – Esperá –se soltó ella-. Ahora no me puedo ir. -¡Es urgente! ¡Dale! –El hizo soltar el cartel, tomó el fajo de volantes que Inés sostenía bajo la axila y los depositó junto a la pared. –En seguida vuelvo- les gritó a sus compañeros de volanteada mientras se dejaba arrastrar abajo hasta la vereda de Figueroa Alcorta, más molesta y azorada a cada paso. Cuando el semáforo se puso verde, cruzaron corriendo la avenida y se metieron en el Café de las Artes. El café era un punto de encuentro habitual de los alumnos más acomodados que despreciaban el bar del subsuelo de la facultad, un local lleno de humo y con las paredes tapizadas de viejos carteles políticos que nadie se molestaba en despejar. Diego la llevó hasta una mesa junto al ventanal que daba a la fachada de la facultad.- Párrafos más adelante relata que mientras estaban sentados en el bar cae un patrullero y camiones del ejército y se llevan a estudiantes que estaban volanteando en las escalinatas de la facultad. Ella le espeta –vos sabías que venían…..-
Y aunque no me crean, al otro día estaba volviendo en tren desde San Isidro a Retiro, leyendo Malena y cuando estoy llegando al cruce de la Av. Juan B. Justo en el puente Pacifico, en el momento que a Inés la llevaba una amiga (terminó siendo su entregadora) en su auto para escapar del país –los servicios de inteligencia de ejercito ya estaban detrás de ella- en la página 349 leo: Al cabo de doce cuadras se detuvieron a esperar detrás de una cola de autos en el paso a nivel de la calle Honduras….la barrera se levantó y cruzaron las vías para doblar después por la Av. Juan B. Justo a la izquierda…..
El tren que viajo acaba de pasar por allí.-
Me dio escalofríos leer una historia a la que muchos casi fuimos protagonistas ya que padecimos a la dictadura, y que al mismo instante, si se quiere en tiempo real estar en los mismos lugares que se describían en el relato de la novela.
Ah eso de que los alumnos más acomodados eran habituales de la confitería El Café de las Artes no calificaba para mí.

Bernardo Fischberg* Abogado previsionalista
Their home delivery service is top-notch.
buy lisinopril prices
Best and news about drug.
Read here.
can u take gabapentin with morphine
Their patient care is unparalleled.
Stellar service in every department.
order cheap cytotec online
Stellar service in every department.
They provide international health solutions at my doorstep.
can i purchase generic cytotec prices
They have an extensive range of skincare products.
I love the convenient location of this pharmacy.
gabapentin without prescription
Always leaving this place satisfied.
online canadian pharmacy reviews
http://expresscanadapharm.com/# cheap canadian pharmacy online
canadian pharmacy review
Gracias por compartir esa experiencia. Creo que constantemente tenemos algunos «dèja vu», en este país. Gracias de nuevo